Los 11 compuestos químicos más comunes en el agua potable de EEUU

Traducción libre del artículo original, en inglés, de New Scientist, vía RSS


Un exhaustivo estudio del agua corriente de más de 28 millones de americanos ha detectado la extendida presencia, aunque de baja concentración, de químicos farmaceuticos y sustancias hormonalmente activas.

Poco se sabía sobre la exposición de la gente a tales compuestos en el agua corriente, así que Shane Snyder y sus colegas del Southern Nevada Water Authority en Las Vegas buscaron en el agua de grifo de 19 servicios públicos de agua estadounidenses 51 compuestos distintos. Las investigaciones tuvieron lugar entre 2006 y 2007.

Los 11 compuestos más frecuentes, todos ellos en concentraciones extremadamente bajas, fueron:

Atenolol, un beta-bloqueador usado en el trato de enfermedades cardiovasculares.

Atracina, un herbicida prohibido en la Unión Europea, pero aún usado en EEUU, que ha sido relacionado con la disminución de las poblaciones de peces y cambios en el comportamiento animal.

Carbamacepina, una droga estabilizadora de ánimo usada para tratar desórdenes bipolares, además de otras cosas.

Estrona, una hormona x segregada por los ovarios y acusada de provocar cambios de género en peces

Gemfibrozil, una droga anti-colesterol

Meprobamato, un tranquilizante ampliamente usado en el tratamiento psiquiátrico.

Naproxeno, un calmante y anti-inflamatorio relacionado con el crecimiento de los casos de asma.

Phenytoin, un anticonvulsivo que es usado para tratar la eplilepsia.

Sulfamethoxazole, un antibiótico usado contra la bacteria Estreptococo, la cual es responsable de la amigdalitis y otras enfermedades.

TCEP, agente reductor usado en biología molecular

Trimethoprim, otro antibiótico

Las concentraciones de fármacos en el agua potable fue millones de veces inferior a la dosis médica, y Snyder insiste en que no suponen un riesgo para la salud pública. Aún así, advierte, que 'si una persona con un estado de salud concreto, o sabe de contaminantes concretos en los sistemas de abastecimiento de agua públicos, se le recomienda fuertemente consultar a su médico.'

Christian Daughton del EPA's National Exposure Laboratory dice ni ésta ni las otras evaluaciones del agua justifican una preocupación para la salud. "Excepto varios puntos para considerar un riesgo potencial, especialmente para los fetos y aquellos con un estado de salud muy delicado".

Daughton dice que las investigaciones sobre la contaminación ayudan a la gente a darse cuenta de cómo íntima e irremediablemente están conectados a su medio ambiente. "La poco frecuente presencia de fármacos en nuestro medio ambiente también nos permite tomar conciencia precisa del mar químico que nos rodea", dice.

"Vida Moderna"

Mientras el gobierno estadounidense regula los niveles de patógenos en su agua potable, no hay leyes sobre los fármacos y otros compuestos, excepto para uno: el herbicida atracina. Los niveles de atracina medidos por Snyder y sus colegas estaban dentro de los límites federales.

Snyder dice que los servicios de agua podrían hacer el agua potable más limpia. Pero los costes de una "purificación extrema" ,más allá de lo que se necesita para la seguridad, son enormes en terminos de la energía requerida y el aumento de la "huella de carbón" (carbon footprint). Además un agua muy pura podría no ser sana, añade Snyder.

La extendida presencia de fármacos y sustancias que pueden alterar el sistema endocrino revela el avance de las técnicas de detección, más que una contaminación más elevada, dice Snyder. La contaminación es un hecho en la vida moderna, dice.

'Mientras que continuamos poblando y sumando, nuestros desechos probablemente se acumularán donde vivimos", dice. 'Como especie hemos decidido vivir una vida moderna, con fármacos, plásticos, transportes... en consecuencia tenemos que aceptar que habrá un cierto nivel de contaminación'

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