#21O #25N Votar o no votar...

Imagen cortesía de Laura Iballa

Quedan 25 días para las elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco, y 60 días para las elecciones en Cataluña.

En el artículo anterior vimos cómo calcular el número de votos que necesita cualquier formación para conseguir diputados, concejales o consejeros.

Sobre la multitudinaria manifestación de anoche en decenas de ciudades del país, y los incidentes de Madrid, sólo diré una cosa: Anoche el gobierno castigó a "sus representados" en las calles, pero el pueblo puede pagárselo en las urnas.

Si no lo haces, quizá luego te encuentres con declaraciones como éstas, no te quedes con las ganas.

Cuando hablas de elecciones, muchos tratan de convencerte para que votes a su partido, algunos te recomiendan votar en blanco, o votar nulo, o no ir a votar. En raras ocasiones te animan a votar lo que pienses. 

¿Cuáles son las consecuencias de cada una de esas opciones? 

El voto en blanco es un voto válido, se suma al total de votos. De la suma de los votos blancos y los votos a candidaturas, se calculan los porcentajes de representación. Un elevado voto en blanco aumenta considerablemente el número de votos necesarios para llegar al 5% del total. Por ello el efecto es dificultar la representabilidad de los partidos minoritarios (por debajo del 3-5%).

El voto nulo no es un voto válido. No entra a formar parte del recuento de votos. Es muy efectivo como medio de expresión, pero lo que expresas no llega más allá de la mesa electoral; no se recogen todos esos distintos votos nulos para llevarlos a alguna parte como expresión popular. Luego, los medios manipulan a su antojo el sentido del aumento de votos nulos. Su influencia es limitada si se compara con la opción de votar a algún partido con el que te identifiques, el cual puede obtener un diputado que al menos pueda actuar con voz y voto.

La abstención, no ir a votar, no tiene efectos sobre la composición parlamentaria. En la actualidad todos los escaños en España se reparten a pesar de que casi un 40% de la población no vota. Así, la clase política puede mantener su statu quo, no se consigue introducir más voces críticas en el parlamento, ni reducir los escaños de los partidos que lo forman. 

Algo que quiero dejar muy claro es que no existe ley ni norma electoral que diga que si el 80% de la gente no vota, o vota nulo, se impugnan las elecciones. Todo aquel que os diga lo contrario está intentando engañaros. Los porcentajes para el reparto de escaños se calculan con respecto al total de votos válidos, es decir, los votos a partidos más los votos en blanco. Mientras hayan votos, habrá reparto de escaños.

El único ejemplo de algo parecido a unas elecciones en las que no se ha elegido a nadie lo vivió en las últimas autonómicas el pequeñisimo pueblo de Aduna, en Guipúzcoa. Leed su historia y veréis que a pesar de no salir escogido ningún partido, ahora son gobernados por el partido que salió elegido en la provincia, con lo cual no han impugnado ni repedito las elecciones. Hacer algo así, en unas generales, con la cuota actual de votantes fijos que tienen algunos partidos... no es posible.

Comprobad los números de votos blancos, nulos, y el 40% de abstención en el municipio de La Laguna en esta imagen del Ministerio del Interior


Como vimos en el post anterior, cambiar esta situación es más fácil de lo que parece.También suelen decir que si votas a un partido pequeño, con el que te identificas, éste nunca gobernará.

Pero no necesitan gobernar para cambiar las cosas. Los partidos pequeños ponen el grito en el cielo cuando alguna propuesta se opone a su ideario, evitando que nos enteremos cuando todo ha sido decidido.

Un caso típico es el de Los Verdes en algunos países del norte de Europa. No tienen suficientes diputados para gobernar pero sí para llevar a cabo su programa, llegando a acuerdos con el gobierno como en España hacen los partidos nacionalistas.

Además, si varios partidos minoritarios se unen, pueden incluso cambiar el rumbo de las cosas con iniciativas propias apoyadas por los integrantes del grupo. Un ejemplo, a nivel nacional, es el Grupo Mixto en el Congreso de los diputados, en el que estaban en la anterior legislatura BNG, CC-PNC, IU, NaBai, y UPyD.

Creo que lo mejor es mirar dónde nos toca votar, qué partidos se presentan, y, después de haberle echado un vistazo a su programa electoral y a sus acciones en el pasado, decidir.

¿Parece mucho curro verdad? Teniendo en cuenta la situación actual, vale la pena. En el próximo post lo haremos de manera sencilla.

Hasta entonces!


Más información sobre las consecuencias del voto nulo, en blanco y la abstención en los resultados electorales durante la historia reciente de España en este completísimo artículo