¡Uy, lo que ha dicho!
Esas lindas palabras le regaló Mariano Rajoy Brey a David Cameron, hace casi tres meses, en la cumbre celebrada para negociar los presupuestos 2014-2020 de la Unión Europea.
Quizá quede todavía quien no se enteró de aquel doloroso episodio. Si he tardado tanto en hablar de ello era porque no estaba seguro de cómo enfocarlo, pero ya no puedo esperar más.
Dejemos a un lado que no me gusta su partido ni las decisiones que toma, dejemos a un lado mi vergüenza ajena y vayamos a lo verdaderamente importante: las implicaciones y consecuencias de este triste episodio.
Seamos sensatos, si hemos tenido hasta ahora presidentes que no saben idiomas, no es porque no haya políticos que sepan, sino porque al votante medio, a la hora de escoger a un líder, esto le importa una mierda.
Si esto es así, es porque en el sistema educativo que tenemos, los idiomas son "marías"; si sólo suspendes inglés/francés/alemán "no es para tanto". Hasta te las aprueban si te faltan para presentarte a la PAU, presionando al profesor de turno.
Por otro lado, esto plantea el eterno dilema de cuál es la preparación mínima que debería tener cualquier político para cumplir una función pública.
Creo que no me equivoco al decir que cualquier funcionario conoce mejor las leyes, la constitución, y el funcionamiento del país, que muchos políticos.
Sean cuales fueren el objetivo y la preparación de un político, siempre necesita comunicarse y negociar. Y ahora mismo estamos en Europa. Nos guste o no, Europa lleva una labor de control sobre cada uno de los estados miembros, que a veces nos beneficia, como con la sentencia sobre desahucios o medioambiente, y en otras nos perjudica.
Y las verdaderas decisiones, aquí y en Pekin, no se toman con cámaras delante, se toman en los pasillos, cafeterías y restaurantes, sin intérpretes ni ojos delatores. Es ahí donde necesitamos un representante capaz de no perderse ni pizca de lo que se cuece a nivel global.
No me cabe duda de que el dismulado ceño fruncido de Cameron sirvió para no dramatizar aún más las vergüenzas de los líderes que escogemos en este país... pero pongo los bigotes en el fuego a que en cuanto se fueron las cámaras aquello se transformó en la típica escena de un españolito entre políglotas: el españolito sonríe para alimentar su ánimo mientras los... erasmus, por poner un ejemplo, hablan con él en español, y de él en otro idioma.
Y eso, en el puesto de un presidente del gobierno, no nos lo podemos permitir. Sea del color que sea. Ni antes, y mucho menos hoy. Un líder que no se encuentra en igualdad de condiciones para negociar ni defender, "en la intimidad", los intereses de sus ciudadanos, en los tiempos que corren, es un peligro para ellos.
¿Qué otras aptitudes crees que son imprescindibles para un político, o, llegado el caso, para un presidente del gobierno?
Más información sobre el debate de presupuestos europeos en el vídeo "Presupuesto Europeo: La batalla acaba de comenzar"
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