¿Por qué una nutria? Por este vídeo, quizá este otro también te ayude a entenderlo.

27 mayo, 2009

Inspecciones, ¿a mí?

Podría decir que vivimos en un país de pandereta, pero por desgracia no somos los únicos.

Cuando una empresa recorta su personal y el número de papeletas para la "nominación" de cada uno aumenta a medida que disminuye su antiguedad, algo falla. Ni sus aptitudes demostradas, sus méritos, ni su alto rendimiento le librarán del despido. Ya no tiene sentido "cuidar los trabajos", a la hora de la verdad lo importante es que haya entrado alguien después de uno. Cambiar a menudo de trabajo aumenta el riesgo de despido ya dentro de la empresa de turno.

Obviamente, esto deja la declaración de intenciones de la élite empresarial a la altura del balbuceo de un lactante, ¿por qué lo llaman competitividad cuando quieren decir beneficio? Ejecutar despidos más baratos no siempre es lo más económico para la empresa.

Todos hemos visto salir por la puerta trasera de nuestra empresa a los mejores de la plantilla, los que resolvían los problemas reales, pero cuyas antigüedades curiosamente eran inferiores a la tuya; ellos ya estaban allí cuando tú llegaste.

En un mercado laboral que con infinitos contratos temporales encadenados, alternados con períodos de paro/vacaciones para no hacer contrato fijo, contratos de obra y servicio por una obra más larga que las pirámides de Keops, cambios de subcontrata o sociedad dentro de una misma empresa y demás piruetas legales permite que lleves seis años trabajando para la misma gente sin superar el año de antiguedad, ser candidado a "la nominación" es muy fácil.

En medio de toda esta mierda, lo común es que ni tu rendimiento, ni tu experiencia, ni tu trayectoria ascendente en una empresa, por muy altos que lleguen a ser, consten en tu vida laboral y mucho menos en tu currículum.

El resultado son plantillas donde los intocables son los enchufados y los más veteranos, no los más competentes.

Podría comenzar a echar pestes del sistema capitalista despuntando sus múltiples contradicciones pero ahora no es esa la cuestión.

Lo que falla es el sistema de control. Una inspección de trabajo hay que pedirla, pero la mayoría prefiere no denunciar por miedo a represalias. A los pocos que vencen ese miedo les salen canas antes de ver al inspector entrar por la puerta. Pero es aún peor, los que asisten a ese momento tan esperado no tardan en darse cuenta de que algo huele a podrido: resulta que hay topos que avisan de las inspecciones e inspectores que hacen la vista gorda a cambio de unos cuantos euros.

Echen un vistazo al informe del año pasado del ministerio en el que se muestra el número de actuaciones, infracciones, el importe sanciones, trabajadores afectados por infracciones, mediaciones y consultas y contratos transformados en indefinidos, por comunidad autónoma y provincia, en el área de Relaciones Laborales.

Lo consiguieron, la mayoría de los trabajadores temen más las inspecciones de trabajo que los mismos empresarios.

En esta fiebre mediática de la crisis, primero tuvo la culpa Bush y su guerra, más tarde las constructoras y las inmobiliarias, luego señalaron a los brokers con sus capitales de alto riesgo... pero seamos sensatos, a mucha gente todo esto se la pela mientras tengan su puesto de trabajo y pueda mantener su estatus social (es decir, compras) de la misma manera que se la sudó la crisis fuera de sus fronteras hasta que ésta tocó a su puerta.

¿De qué sirven las ayudas fiscales, los nuevos (o viejos) contratos, la bajada o subida de impuestos, las subvenciones por contratar a determinados colectivos, los cambios de gobierno, si cuando todo esto termine las cosas van a seguir haciéndose de la misma manera?

¿Cuándo les tocará el turno a las gestorías que hacen posibles esas triquiñuelas?

No nos engañemos, encontrar una empresa que cumpla el convenio (si existe el convenio) es muy difícil. Las que lo hacen son las que ya se llevaron un par de palos y no pudieron evitarlo por amistades o billetes.

Acaba de salir la convocatoria del primer ejercicio de las oposiciones para inspector de trabajo, este organismo tiene un poder muy importante para cambiar la situación pero el sistema de "denuncias y vamos cuando podamos" es inútil.

Imaginemos que el sistema funciona, imaginemos que los corruptos y los soplones son pocos, démosles un voto de confianza y aventuremos una solución: Para acabar con la precariedad laboral hacen falta miles de inspectores barriendo el entramado empresarial español, sin denuncias previas. En pocos años el porcentaje de contratos indefinidos aumentaría inevitablemente, las condiciones laborales también mejorarían, y con ello la seguridad del trabajador en su puesto, pero quizá lo más importante es que sería mucho más difícil para un empresario sumarse a una "moda del despido" como la que estamos padeciendo.


Quizá sea ingenuo, una utopía, tener una brigada de esos "policías sociales" en la calle cuidando de los derechos de los trabajadores, como los llaman en la web del ministerio, por el enorme volumen de empresas español... pero, ¿es acaso más difícil que usar la pedagogía para convencer al proletariado de que lo mejor siempre es denunciar?

Editado, a las 22:26h.

P.D: Parece que lo que da a entender el texto, para bastante gente, es que me he quedado en el paro... eso aún no ha pasado amigos, aún no! :-)

3 comentarios:

DesEquiLIBROS dijo...

Certera reflexión.

Yo mismo he sido víctima de la situación que describes.

Por desgracia, hecha la ley, hecha la trampa. Hay mucha gente que vive de hacer las leyes a su medida y mucha más que vive de "hacerlas" cumplir.

Pero muchos más que viven de bordearlas.

Soy pesimista, francamente

Utah dijo...

Lo siento Desequilibros, comienzo a ver que a medida que más reflexionamos, más deseamos estar equivocados, precisamente porque nuestras conclusiones son pesimistas.

Es extraña la esperanza de querer no tener la razón y ver algún día cómo se traga uno sus palabras, pero creo que en éste caso no nos queda otra que ayudarlas con "un buen tenedor".

Un saludo.

Utah dijo...

Ya que varios lo han preguntado, no me han echado, no aún.

Tranquilos! :)

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