Tres meses después de las últimas elecciones, ya hablaba de la gente que, ya fuera por desinformación, falta de autocrítica o interés, optaba por la violencia para combatir la violencia2.
Lo que está claro es que, desde entonces muchos han seguido aprovechándose de que la situación del país se ha recrudecido, para tentar a muchos con esa "vía de acción".
Foto cortesía de Smithsonian WILD |
Supongo que les habrá resultado fácil, en un contexto en el que los medios de comunicación nos dicen a todas horas que todo está perdido, que no hay remedio, y que encima va a peor. Habrá sido fácil decir aquello de "no tenemos nada que perder", para darle la vuelta a la tortilla.
De la misma manera que se puede alimentar el miedo para que la población quede paralizada, se puede usar para que ésta se defienda.
Y en ambos casos, el abono para que arraigue el miedo es la desinformación. Desinformación porque ni las cosas están como nos las cuentan, ni la gente es como hemos aprendido que es3.
Mientras que en su web dicen...
«Antes de entrar en materia es conveniente recordar que más allá de lo que puedan difamar los medios, o la impresión inicial que pueda dar la contundencia en el mensaje de la plataforma, esta es una convocatoria abierta e inclusiva, cuyo carácter original por supuesto es pacífico, como lo es la naturaleza del pueblo. No debería haber ninguna razón para que no lo sea, pero advertimos que no estamos dispuestos a tolerar agresiones en el legítimo ejercicio de la defensa de nuestros derechos fundamentales, por lo que en ella se anima a ejercer la legítima defensa cuando sea necesario, y a respetar las distintas formas de lucha empleadas para este fin (siempre que no se atente contra la vida de personas, y que las acciones se justifiquen como acción defensiva o política y no sean gratuitas)...»
... en su sección de cartelería y vídeos las consignas llaman a algo distinto.
Ojalá que esta tarde, al "asediar el Congreso", las actitudes violentas no tengan lugar, ni de un lado ni de otro. Creo que hoy es más necesario que nunca vigilar el transcurso de los acontecimientos, a través de sus vías de contacto.
Por otro lado, hace dos días fué el día del libro, y dentro de seis será día de los trabajadores. Se suele hablar de la historia de la clase obrera, de su explotación, de sus héroes y mártires, de sus logros... pero no se habla de la cultura de la clase obrera.
No podemos seguir esperando a que la gente conozca sus derechos laborales cuando se los quita el gobierno de turno con su enésima reforma laboral. Los derechos de los trabajadores no se defienden sólo en las huelgas y manifestaciones, se defienden cada día.
Si la clase obrera no tiene "cultura obrera" y desconoce sus derechos, no está en condiciones de defender una mierda, por mucho que nos duela reconocerlo.
O empezamos ya a "reeducarnos" como decía Sampedro, o esta vulnerabilidad social a la desinformación, la manipulación y el adoctrinamiento no acabará nunca.
A caballo entre los dos días, propongo que durante los encierros estudiantiles de mañana en los centros educativos cada uno busque el convenio del sector en el que trabaje él o sus padres, con el Estatuto de los Trabajadores cerca, se lo estudie, y se lo expliquen a compañeros y familiares.
Es más, el mismo 1 de mayo se podrían dividir los manifestantes por sectores y explicarles en las plazas, el convenio que corresponda en cada caso.
Si después de conocer nuestros derechos, nos enteramos de que muchos de ellos no se respetan, existen herramientas gratuitas y libres de represalias para hacerlos cumplir4.
En resumen, más información y menos provocación. Que lo único que puede evitar que, vengan los que vengan en las próximas elecciones, no puedan engañarnos los de siempre u otros nuevos, es que amueblemos nuestros criterios5.
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