Los gusanos se ponen gallitos a las cuatro y media, todos dicen que fué él y no otro quien te ahuyentó.
Tus alas negras ya no me hacen soñar con el aire libre, tus pequeñas patitas ya no alimentan mi esperanza.
El césped está en calma, y a nadie más que a mí le pesa. De la fauna de la oficina, el más puntual.
Tú lo sabías todo, y antes de que ocurriera presentaste tu dimisión a los pies del Aloe.
Prefieres comer en paz, lejos de aquí, sin ver malas noticias cada semana a través del cristal.
Unas palomas ocuparon tu torre de vigilancia, no son tan simpáticas.
Feliz primavera, y no olvides el camino de vuelta.
Imagen cortesía de agrega2
Escrito poco después de que despidieran a cuentagotas a nueve compañeros, hace más o menos un año.
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