Imagen cortesía de Manuel M Almeida |
Yo seguía sus miradas y, a menudo, esos lugares de su anatomía que dibujaban muecas en su cara eran los que yo más deseaba.
Pero no puedo competir, no tengo oportunidad contra su infancia de publicidad y videoclips, de cine y televisión: Las niñeras que les dijeron qué las hace bonitas y qué no, y cuánto esperar a vestir como esa tribu urbana que hasta ayer era minoritaria; qué cosas les dan poder, qué las debilita.
En el relato "Intuición Femenina" de Isaac Asimov, el profesor Mandarian dice
"Ninguna mujer quiere tener la sensación de que puede ser sustituida por algo que no tenga ninguno de sus defectos. De acuerdo."
¿Pero cuáles son sus defectos? ¿Hasta qué punto son reales y no inculcados?
En realidad, todo esto se puede aplicar también a los hombres.
Cuando alguien nos ataca, a menudo es el orgullo el que nos hace defendernos.
Ojalá pronto nos defendamos también de esa "educación" superficial, y en lugar del orgullo que sea el autoestima la que nos guíe: La propia consciencia de nuestras capacidades y limitaciones, y su aceptación, sin importar un par de kilos, curvas o años de más, o de menos.
Dice Jónsi, de Sigur Ros, en su tema "Go do" (vídeo):
- We should always know that we can do everything.
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